La garnacha es una variedad de uva que deja huella en los amantes del vino. Se caracteriza por su versatilidad, adaptabilidad al terroir y a su capacidad para dotar a los vinos de una alta calidad. Esta variedad la podemos encontrar en dos versiones: garnacha blanca y garnacha negra. Veamos las diferencias o similitudes.
Garnacha blanca, la uva elegante
Esta variedad es menos conocida que la negra, pero no por ello menos interesante. Esta uva se caracteriza por sus notas frescas, su mineralizad y su personalidad en cada copa. La garnacha blanca, autóctona de la Terra Alta, se adapta perfectamente al clima mediterráneo y a las condiciones climáticas del terreno. Estas características tan únicas del territorio le dan a los vinos blancos una mineralizad y una acidez distintiva de las demás variedades. Dentro del territorio que corresponde a la Denominación de Origen Terra Alta, encontramos que esta variedad ocupa un 22% de la superficie.
En Celler Piñol, encontramos dos vinos que son producidos 100% con la variedad garnacha blanca. Estos vinos son l’Avi Arrufí Blanc y l’Ànima de l’avi Arrufí, ambos representan la tradición y la tipicidad del territorio de la Terra Alta, además de la excelente calidad de los vinos de Celler Piñol.
Garnacha negra, la uva intensa.
Por otro lado, la variedad garnacha negra tiene un carácter y una personalidad únicos, que la diferencia de los demás vinos tintos. Es una variedad con una baja acidez y con poco color. Esta variedad se cultiva en diferentes regiones vinícolas, y gracias a su buena adaptación en la Terra Alta, Celler Piñol tiene la oportunidad de exprimir toda la intensidad y complejidad de esta uva para la producción de sus vinos.
En Celler Piñol encontramos tres vinos producidos mayoritariamente con garnacha negra: Mather Teresina, Nostra Señora del Portal y Raig de Raïm. Son tres vinos verdaderamente espectaculares para los sentidos. Para Celler Piñol representan la excelencia y la tradición de los vinos tintos de la Terra Alta.
Garnacha blanca VS Garnacha negra: un duelo de aromas y sabores
La garnacha blanca y la garnacha negra provienen de la misma familia, siendo la variedad blanca una mutación de la garnacha tinta. Y es en la copa donde realmente podemos apreciar sus diferencias. Mientras la garnacha blanca muestra una frescura y elegancia sutil, la garnacha negra se revela con su intensidad y complejidad. Los vinos elaborados con la variedad blanca tienen unos aromas cítricos, que recuerdan al jazmín e incluso al melocotón blanco, mientras que los vinos elaborados con la variedad negra recuerdan a frutos rojos y a tierra.
Ambas variedades se complementan perfectamente en la bodega de Celler Piñol, donde los viticultores trabajan para sacar lo mejor de cada una.
¡Si aún no has probado los numerosos vinos de Celler Piñol producidos con la variedad de la garnacha, puedes visitar la web y dejarte cautivar por sus excelentes matices y aromas!
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